SERIES DE COMEDIA

 The Office: La madre de las comedias

The Office es una serie de comedia estadounidense con formato de falso documental. La premisa de la serie es bastante sencilla y hasta uno cuando la escucha no motiva a verla, se trata sobre la vida diaria de unos oficinistas que venden papel, ¿Quién quiere ver eso?; en palabras sencillas es un falso documental, la puesta en escena sencilla, nada cinematográfica en especial, y el movimiento de cámaras es en mano como si estuviesen filmando la vida diaria de estas personas.


A los realizadores de la serie le gustaba lo original y lo espontáneo es por eso que gran parte del elenco son actores improvisadores y es gracias a eso que muchas veces nos hacen reír situaciones que nacen de lo cotidiano pero terminan siendo hilarantes y exageradas. En la serie hay un gran cambio entre la primer y segunda temporada, el de su protagonista Michael Scott. El primer Michael era un antihéroe una especie de villano que está molestando con el cual cuesta empatizar y esa es la clave, empatizar.


En la segunda temporada Michael tiene un look mucho más relajado y a pesar de ser molesto, es un personaje que necesita ser amado, pero también que se preocupa por sus empleados que está ahí para ellos y que la serie logra que entendamos por qué es el mejor jefe del mundo. A partir de la segunda temporada vemos que Michael tiene corazón y no simplemente es un ignorante, tiene el respeto de sus empleados y su sueño es simple y tierno: que sus empleados sean sus amigos. Y creo que el punto fuerte de la serie es que la realidad se ve tan plasmada que de verdad sentimos que estamos en la vida de gente real que está siendo grabada, nos sentimos parte de esta oficina y queremos trabajar ahí, nos preocupa lo que les pasa a los personajes y nos sentimos cómodos viéndola. 


El humor de The Office primero te envuelve, hace que conectes con los personajes, que los quieras y las situaciones ácidas que manejan, las situaciones incómodas hacen que explotes de risa; viéndolos generas una especie de vínculo con ellos y esa es la ventaja del falso documental, sentirse uno más. Hay capítulos que son una obra maestra de la comedia y algunas veces solo la intro (que duran 2 minutos) nos hacen reír más que cualquier película, como lo es en el capitulo del simulacro de incendio.


Para mitigar con la cuarentena, esta serie se volvió una compañera de días tristes y de encierro donde no había otra distracción. Es por eso que genere un vinculo con la serie y sus personajes y lo hace tan querida para mí. La tengo grabada en el alma no solo me alegran el día haciéndome reír con los capítulos que estoy viendo, sino que también amo los personajes, amo este mundo que me hace sentir parte, amo ver a Jim y Pam y a toda su historia de amor; tiene capítulos cautivadores que si estas sensible te van a hacer partir el alma y si no lo estás también hay capítulos lacrimógenos al cien por cien, tiene drama, tiene acción, tiene romance, hay capítulos que dejan mensajes y hay capítulos que simplemente te parten de risa.


El final te deja un vacío existencial enorme porque siempre que terminas una serie que se ganó tu alma es algo que se va pero que se queda con vos como cuando terminas cualquier cosa que querés en la vida.


Por Facundo Barrios 

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